Jorge Castro, ex rey mundial de los medianos, les pegó duro a los máximos representantes nacionales. No hay alguien a quien señalar con el dedo y decir que va a ser campeón del mundo. Ya no da gusto mirar las peleas, le dijo a Olé

Por Mauro Mariani

A Jorge Castro todavía le cuesta digerir la derrota de Boca en la final de la Copa Libertadores. Las imágenes de River dando la vuelta olímpica en el Santiago Bernabéu son como piñas en la zona blanda que lo dejan al borde del nocaut. Pero Roña, a sus 51 años, siempre se levanta. Y si bien está lejos del boxeo (se retiró en 2007 y pocas veces se lo volvió a ver en una velada nacional), es palabra autorizada para hablar de los guantes en la actualidad. El ex campeón mundial mediano (hizo cuatro defensas exitosas) y retador en los pesos súper welter y crucero les pegó con dureza a quienes hoy nos representan.

-¿Te sigue divirtiendo el boxeo? ¿Lo mirás?-Sí, lo miro, pero no es lo mismo. Boxeadores eran los de antes, de esos ya no hay. Como fuimos Látigo Coggi, Julio Vasquez, el gordo Domínguez, Carlitos Salazar o yo. Hoy en día no salen tipos que vos digas: ‘Este tiene pinta de ser campeón del mundo’. En Argentina tuvimos los Juegos Olímpicos de la Juventud y sacaron una sola medalla (NdeR: Brian Arregui fue oro, en tanto que Mirco Cuello y Victoria Saputo lograron bronce).

-¿Y a nivel mundial ves calidad?
-Sí, aunque no como en otras épocas. Antes estaban Carlitos Monzón, Ray Sugar Leonard, Marvin Hagler, Tommy Hearns, Pipino Cuevas, Mano de Piedra Durán… Vos podías contar con boxeadores mundialistas. Eran señores boxeadores y había grandes peleas, te daba gusto mirar boxeo, hoy ya no. Tal vez se pueda destacar a Mayweather, que hizo toda su carrera en Las Vegas, que la hizo bien, se compró la mitad de la ciudad. Fue como Julio Bocca, un bailarín. Supo aprovechar su momento y los de sus rivales. Se iban grandes como Trinidad y De la Hoya cuando llegó. Actualmente el que me gusta es Canelo Álvarez, es un fenómeno. Es un tipo que mete la mano bien, se da cuenta de los momentos de la pelea, entiende. Me encanta. Va al frente, como tienen que ser todos.

-Si te entrenás y ponés en peso podrías desafiarlo, también es mediano.
-Lo veo parecido a mí. Yo era como él: iba al frente, me gustaba tirar piñas por todos lados, era un pegador, vivía noqueando. En mi carrera tengo más del 50 por ciento de las peleas ganadas por nocaut (90 KO en 130 triunfos). Para mí ganaría yo, porque soy fuerte. Él mete las manos bien abajo. Su último rival (Ricky Fielding) le sirvió para su estilo y ganó bien. Golovkin y Joshua también son boxeadores de muy buen nivel.

Argentina hoy solamente tiene a Brian Castaño como campeón mundial. ¿Cómo ves a quien el 2 de marzo defenderá su corona súper welter frente al cubano Erislandy Lara?
-Brian me gusta, porque es guapo, aunque a la vez es muy blandito. Le pusieron a Don Nadie (Emmanuel De Jesús) en la última pelea que hizo en la Argentina y lo tiraron. Ése no era un boxeador de nivel y le trajo problemas, lo mandó a la lona. Insisto: me encanta. Aunque cuando le pongan algo bueno lo sacan del ring. Cuando yo peleé por el título del mundo, ya tenía 100 peleas. Ahora van con 15. Tenía experiencia frente a los mejores y en varias categorías, cosa que no pasa ahora. Me gustaría que el boxeo argentino saliera adelante.

-¿Y de Fabián Maidana, hermano del Chino, qué opinás? Hace 10 días perdió sorpresivamente en Mar del Plata contra el venezolano Jaider Parra.
-En el primer round llamé a quien era mi apoderado y le dije que el hermano del Chino iba a perder. No me creyó. Yo sabía cómo peleaba ese negrito, un tipo con experiencia. Le pusieron un pibe con mucha trayectoria y le ganó. Para mí lo mandaron al muere. No es el Chino Maidana, es el hermano. No me gusta el estilo de boxeo que tiene, es muy parecido al amateur, olímpico. Imaginate si lo agarran Pacquiao o Mayweather, le llenan la cara de dedos. Lo quieren hacer surgir de un día para otro y no es así. El rival probó la mano y no la sintió. Igualmente es joven, veremos qué pasa.

-¿Ves a alguien que pueda ser un gran campeón?
-No hay alguien a quien señalar con el dedo. La gran diferencia con los buenos países es que nosotros nunca tuvimos una gran camada, a excepción de la mía.

-Desde que te retiraste hace más de 10 años no apareciste en el boxeo. ¿Por qué? ¿No te interesa?
-No mucho, porque siempre dije que boxeador uno no se hace, sino que nace. Me hablaron para ser entrenador pero no me gusta. En realidad sí estuve un tiempo aunque no funcionó. En el boxeo es lindo cuando las piñas van, pero es feo cuando vienen, no es para cualquiera, hay que aguantársela.

-¿E integrar el staff de algún boxeador tampoco?
-Me hubiese encantado ser del seleccionado de la Federación Argentina de Boxeo (FAB). Lo que pasa es que es un círculo cerrado, no te dejan entrar. Algo pasa porque los de la Selección andan bien en las peleas por acá, pero cuando van al exterior pierden, muy pocos traen triunfos.

-¿Cómo es tu relación con la FAB?
-Muy buena, no tengo problemas con nadie. Cuando me retiré, terminé bien con todos. Nunca existió el llamado. Y como no me llamaron a mí, tampoco lo hicieron con muchos que estuvieron en la cima como hablábamos antes, Coggi, Vasquez.

-¿Vas a abrir un gimnasio?
-Sí, me interesa, en cualquier momento lo haré en Zona Sur. Yo estoy viviendo en Temperley y seguramente lo ponga en la calle San Martín, en Adrogué. Igual la idea va a ser boxeo recreativo, no quiero nada de competitivo. No me pongo guantes ni para el frío, ja.

Sobre los cuadriláteros, Locomotora lastimaba duro. Fuera de ellos, con su lengua también lo hace. A su manera, Castro desnudó el pugilismo argentino.

Fuente: Diario Olé (ole.com.ar)