“Yo soy así nomás, bien indio”, dice Mauricio Paniagua (28), el misionero nacido y criado en Puerto Iguazú al que se verá en la piel de Carlos Monzón en la serie homónima que estrenará entre abril y junio en la pantalla de Space con trece capítulos.
A Pikio -el apodo con el que se lo conoce mejor y que se lo debe a su hermana menor- no le interesa la fama, él es misionero y la humildad está primero. Espera a El Territorio en una sombra de la plaza San Martín para, entre foto y foto, hablar sobre su primera experiencia para televisión. “Soy misionero, pero me gusta más el frío”, reconoce con una sonrisa en la calurosa tarde la capital provincial a la que vino a pasar unos días de vacaciones.
Esta producción, en la que comparte escenas nada menos que con Celeste Cid, es producida por Disney Media Distribution Latin America y Pampa Films y se conocerá no solamente en Argentina sino en el mundo. Pikio fue músico, hizo teatro y al ser técnico en sonido trabajó siempre en el detrás de cámara de cortos y largometrajes, ese lugar lo conoce muy bien, pero esta vez le tocó estar del otro lado.
¿Cómo te vas llevando con la fama?
A medida que pasa el tiempo y voy hablando con los periodistas, son muchas entrevistas y digo ‘¡wow, esto tiene una dimensión muy grande!’. Además me entrevistaron personas de otros países porque esto es mundial. Me doy cuenta de lo que significa a medida que avanza día a día, no me quiero dar cuenta, pero está pasando. Vivo el día a día y comparto con mis amigos, si tengo que hablar de la serie les cuento desde mi experiencia y después hablamos de otras cosas, todavía no caigo, no entro en esa de la fama.
¿Cómo viviste todo el proceso de los castings?
El material me lo manda Laura Andino, que es quien me representa, la que está atrás nuestro… digo nuestro porque somos varios los actores misioneros. Me llaman para el primer casting, también un mail con una parte del guión y me dicen que vaya a las 16 con el look más parecido que tenga de Monzón. Tenía el pelo largo, por acá más o menos (muestra unos centímetros abajo del hombro) y no me lo quería cortar porque si lo hacía me iba a quedar con el corte casquito, hasta que me convencieron. Cuando salgo de la peluquería, voy a la casa de un amigo para pedirle un guante porque yo no tenía, faltando media hora para ir al lugar me voy a mi casa, me pongo una camisa estilo Monzón toda abierta y floreada, un jean y una zapatilla de época. Me fui caminando y cuando llego al lugar, lo que me propongo desde un principio es no ponerme nervioso. Me estudié el guión, me informé de todo con lo que hay en internet sobre Monzón, soy súper autoexigente.
Interpretás al Monzón joven…
Sí, interpreto al Monzón desde que sale de Santa Fe hasta que es campeón mundial y se retira del boxeo y la temporada que hizo cine.
Sos de los afortunados que hizo escenas con Celeste Cid, que hace de Susana Giménez…
Es lo que me dicen todos. Lo que grabamos con Celeste fueron las escenas de La Mary y alguna escena de nuestro romance. Pero el fuerte fueron las escenas de la película que eran súper difíciles porque habían desnudos y se necesitaba concentración y confianza.
Generalmente cuando me toca trabajar con un actor o actriz que no conozco, pido a producción su número y me junto a tomar un mate, un tereré o lo que fuera para conocerlo y entrar en confianza. Nos cagamos de la risa, nos llevamos re bien y eso hizo que el trabajo sea más fácil. Hablamos un montón, cuido mucho de mi cuerpo y cuido también a mi partenaire, soy muy respetuoso con eso. Creo que lo hicimos bien, después veremos cómo sale.
¿Cómo llega a tu vida este interés por la actuación?
Tengo vínculo con el ámbito artístico porque soy músico desde chico y tengo a mi abuelo y a mi padrino que fueron bateristas, yo también me sumé a ese rubro de la música. Tuve muchas bandas cuando vivía en Iguazú y en Posadas tuve otras bandas, pero de folclore.
Siempre fui el que más llamaba la atención en los cumpleaños, pero nunca se me ocurrió estudiar actuación. En 2012 viajo a Buenos Aires con mi familia de vacaciones y mi tía de allá me insistía en que me quedara, a mí Buenos Aires no me gustaba, pero reconozco que me adapté y ahora me está gustando. Hay muchas posibilidades, hay un montón de escuelas y quizás el pasaporte para ir a otro país. Entonces me quedé y ya con trabajo, porque la empresa de sonido en la que trabajaba en Iguazú tenía una sucursal en Buenos Aires.
¿Y empezaste a estudiar actuación allá?
La primera cosa que hice en Buenos Aires fue un taller de improvisación con Mariela Castro Balboa, que ahora es una amiga porque fue quien me guió por otras escuelas. Me inscribo luego en una escuela de formación de actores que era muy completa en la que hice dos años, pero como no nos gustaba la dirección de la escuela con mis compañeros la abandonamos. También me inscribí en la escuela de Agustín Alezzo y me cambió la vida, hice un clic. En paralelo me inscribí en la Universidad Nacional de las Artes, este sería mi cuarto año aunque lo abandoné un poco.
¿Cómo te llevaste con el boxeo?
Los primeros diez días de entrenamiento fueron intensos porque querían probar si resistía físicamente y como venía trabajando en el Teatro Nacional Cervantes y hacía teatro físico, me sentía bastante bien. Después ya me vino a ver el director de la serie y unos productores.
¿Te gustaría vivir de la actuación?
Es el sueño de todo estudiante de actuación, sería muy lindo. Eso no quita que siga aprendiendo muchas cosas y siga estudiando.
Formaste un lindo grupo con los demás actores misioneros que viven allá…
Formamos un lindo grupo y lo que hacemos es encontrarnos siempre y hacemos actividades, hablamos un montón, pero también trabajamos. Allá está Fabián Benítez, que es un director de cine que trabaja con Actores de Villa, tiene su espacio donde enseña cine y otras cosas. Gonzalo Giménez, Cristian Salguero y yo siempre estamos con él, también hay otros actores del interior de otras provincias y de otros países. Formamos el colectivo de artistas El Tálamo, que lo dirige Laura Andino.
¿Surgieron otras propuestas para este año?
Hay varias propuestas, pero como sé que este año va a ser todo Monzón y tengo meses de promoción de la serie, no quiero meterme con compromisos nuevos, quiero abocarme a eso. Lo que sí tengo en mente es hacer una obra de teatro con un ex profesor mío y excelente director de teatro, Nicolás Dominici. Tengo ganas de trabajar con él porque me conoce como actor y como persona y él sabrá cuáles son mis virtudes y qué me falta, quiero que juegue con lo que sé y lo que no sé.
Fuente: www.elterritorio.com.ar