Está bien, García nunca fue el favorito de esta pelea, pero muchos creímos que lo que pasaría en el AT&T de Arlington en Texas sería mucho más peleado que lo que finalmente ocurrió.
Subestimamos las capacidades de Spence, sobrestimamos las de García, lo cierto es que todos nos llevamos una sorpresa al ver al púgil de ascendencia mexicana tan superado por un boxeador, del cual sabíamos sus quilates, pero que terminó de confirmarse como uno de los mejores libra por libra del planeta.
¿Qué fue lo que ocurrió? ¿Fue un error de García dar el salto al peso welter? ¿Es Spence mejor boxeador de lo que muchos creíamos? Aparentemente la respuesta es una mezcla de ambas, García nunca se vio cómodo durante la pelea, la diferencia física quedó en evidencia desde el primer asalto, Mikey no pudo encontrar nunca la distancia y los pocos golpes que lograba conectar, que pudiesen haber noqueado a cualquier otro boxeador en categoría más pequeñas, a Spence parecía que no le provocaban ningún daño.
Salvo destellos de buen boxeo en el segundo asalto, García se vio superado en todos los rounds, lento y falto de contundencia, consecuencia evidente del brusco salto que dio desde el peso ligero al welter.
Por su parte Spence demostró que no solo posee grandes habilidades boxísticas, sino que además una gran inteligencia sobre el cuadrilátero. Supo leer de inmediato que la distancia sería la clave del combate y merced a un gran jab, manejó las contras de tal manera que ya en el sexto asalto no había dudas que la victoria sería para el dueño de casa.
¿Qué queda ahora para García? bajar nuevamente de categoría, ya sea en el peso ligero y super ligero y buscar nuevas peleas de nivel ante boxeadores como Vasyl Lomachenko, Jorge Linares, Regis Prograis y de ahí realizar un nuevo intento quizás en pesos superiores ante púgiles como Shawn Porter, Danny García o incluso, Manny Pacquiao, opción que aparece plausible considerando que el filipino ya no forma parte del staff de Bob Arum.
Fuente: Claudio Medrano / Boxeadores