Partió en dos la quijada de Muhammad Ali, algo que muy pocos pueden presumir

Kenneth Howard Norton, conocido simplemente como Ken Norton, fue campeón mundial de peso completo, sin haber ganado nunca una batalla titular; no es reconocido entre los grandes monarcas mundiales de peso completo, pero sí como uno de los pocos que logró derrotar a Muhammad Ali, y no sólo eso, sino que le partió la mandíbula en dos. Puso fuera de combate a 33 de sus 42 víctimas, y era un pugilista conocedor de la técnica en el ring.

¿Por qué no se le recuerda entre los hombres más destacados de la división? Quizá no lo fue, sin importar lo que hemos mencionado, que indudablemente son hazañas deportivas.

En lo personal, y a pesar de que tuvo un paso fugaz por el trono, pensamos que fue buen peleador. El Consejo Mundial de Boxeo lo reconoció como campeón del mundo en 1978, aplicando el reglamento después de que Ken había derrotado en fila a Jimmy Young, Duane Bobbick y Lorenzo Zanon, además de que el organismo tomó la decisión de desconocer a Muhammad Ali como monarca, cuando ganó la corona en revancha directa, esto contra los reglamentos, frente a Leon Spinks.

Cambió golpes con Ali en tres ocasiones. Fue en la primera cuando lo derrotó por una decisión dividida y le fracturó la mandíbula, en un resultado sorpresivo, pues su rival subió al ring como favorito por cinco a uno. Esto se dio el 31 de marzo de 1973, en la Sports Arena de San Diego, y estuvo en juego el título pesado de la Federación Norteamericana de Boxeo.

Ellos volvieron a encontrarse ocho meses después en El Forum de Inglewood, y aquello fue la venganza para el gran peleador de Kentucky, quien ganó la batalla mediante una decisión dividida también.

Después de eso, Norton se vio envuelto en 12 batallas contra los mejores hombres de la división; dos de ellas titulares, primero contra George Foreman, y posteriormente, una vez más frente a Muhammad Ali, en las que perdió por nocaut y decisión unánime, respectivamente, pero no se desanimó.

Al contrario, entre sus adversarios cayeron varios considerados en aquel momento entre los más destacados, uno de ellos Jimmy Young, excelente boxeador de Filadelfia, que estaba considerado como aspirante número uno. Fue cuando se dieron todas las circunstancias ya mencionadas para que el CMB lo reconociera como campeón del mundo.

En su primera defensa perdió el fajín, cuando lo expuso contra Larry Holmes, hombre poseedor de una de las mejores izquierdas que se han visto en peso completo. Ofrecieron una gran batalla, la mejor de 1978.

Fue una decisión dividida, que se celebró en el Sports Pavilion del hotel Caesars Palace, de Las Vegas, uno de los primeros escenarios en llevar a La Ciudad del Juego al boxeo, el sitio de mayor jerarquía que ha conocido el espectáculo de los puños, superando a varios como Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Filadelfia y otras grandes poblaciones de Estados Unidos.

El excampeón nació en Jacksonville, Illinois, el 9 de agosto de 1943, pero desde adolescente vivió en San Diego. Ahí nació uno de sus hijos, Ken Norton Jr., quien se dedicó al futbol americano profesional, jugando casi siempre como defensivo; como miembro de Dallas Cowboys ganó dos Super Bowls, y otro con los 49ers de San Francisco.

Este joven heredó las facultades físicas de su padre, quien en su juventud ya medía un metro con 91 centímetros; cuando corría la primavera de 1961 derrotó en un decatlón nada menos que a Dwight Eisenhower, quien unos meses atrás había terminado su periodo como Presidente de Estados Unidos.

Empezó a pelear como amateur en el Cuerpo Deportivo de la Marina de su país, y así, combatiendo sin cobrar, dio forma a un pequeño historial de 24 encuentros ganados y uno perdido. Este cuerpo deportivo lo tiene en su Salón de la Fama.

Posteriormente, Norton entró de lleno al profesionalismo, entrenado por Eddie Futch, y a su lado hizo todo lo que ya hemos mencionado. Su última pelea la sostuvo el 11 de mayo de 1981 en el Madison Square Garden, donde fue noqueado en 54 segundos por Gerry Cooney. Inmediatamente decidió su retiro.

Ya en su nueva vida, vinieron tiempos buenos en los que trabajó en muchas películas, fue actor y comentarista de televisión y radio, ofreció una gran cantidad de conferencias y también fue consejero de negocios. En suma, un hombre exitoso.

El 2000 publicó su autobiografía: Ir a la distancia, la Historia de Ken Norton, la que tuvo buenas ventas, especialmente en California.

Todo parecía ir bien hasta que en 2010 sufrió un accidente automovilístico del que salió gravemente herido. Quedó impedido en muchas de sus funciones. Posteriormente presentó diversas anomalías, y murió cuando tenía 70 años, el 18 de septiembre de 2013.

Está sepultado en el Cementerio Este de Jacksonville. En su tumba destacan unos guantes de boxeo esculpidos en piedra.

Víctor Cota / El Heraldo México