La historia solo registra tres casos más similares al de los gemelos nicaragüenses. No quieren enfrentarse ni en una sesión de guanteo. Sus próximos pasos.
Por Fabián Medina Sánchez desde Managua, Nicaragua / Infobae
Primero nació Félix. A los diez minutos fue René. Doña Mayra Sánchez ya sospechaba que serían gemelos porque “sentía la barriga como dividida”, pero le sorprendió que fuera varones. Treinta años más tarde los hijos de doña Mayra serían campeones mundiales de boxeo al mismo tiempo y serían conocidos como “Los Gemelos Alvarado”.
En la historia del boxeo mundial se registran tres casos más de hermanos gemelos que se convierten en campeones mundiales simultáneamente. “En estos momentos solo los hermanos Alvarado son gemelos y campeones mundiales”, explica el periodista deportivo nicaragüense Germán García.
La historia de los gemelos Alvarado es la historia de casi todos los campeones de boxeo. Nacidos en Villa San Jacinto, un barrio pobre de Managua, el padre abandonó el hogar al año de nacidos y doña Mayra hizo de tripas corazón para mantener a sus hijos con la venta de café primero y luego, cuando aprendió un oficio, haciendo de orfebre en un mercado de la capital.
Cuando sus hijos tenían unos seis años, doña Mayra vendió la casa para buscar vida en un lugar más sano, pues no quería que sus hijos fueran influenciados por las drogas o la delincuencia. Sin embargo, con lo que le pagaron por su casa en Villa San Jacinto no consiguió comprar nada en un “lugar más sano” y el dinero se fue. Así doña Mayra y su prole, que llegó a ser de seis hijos, vivió posando donde familiares o alquilando.
“Nunca tuvimos casa propia. A veces siento que debo pedirles disculpas porque no pude darles casa propia. Trabajaba para pagar el alquilar”, dijo en una entrevista Rosa Membreño, del Diario Hoy, poco después que su hijo Félix le diera una casa como regalo en su cumpleaños 53.
“Yo sé que es lo que es tener necesidad”, dice a Infobae René Alvarado, campeón desde el 23 de noviembre pasado de las 130 libras en la Asociación Mundial de Boxeo. “Sé lo que es no tener casa o que falte el plato de comida», agrega en alusión a la clásica historia de los campeones que “venimos desde muy abajo”, que llegan a la opulencia y despilfarran el dinero, caen en vicios y al final, regresan a la pobreza de la que salieron. “No quiero que esa historia se repita conmigo. No es una, son montones de historias así. Algún día ya no voy poder boxear. Cuando ya no dependa del boxeo quiero poder tener un negocio”.
En la escuela, los gemelos Alvarado tenían fama de pleitistas. “Éramos como un imán para los pleitos. Félix es más alegre, más picaron, bailarín y popular, enamoraba a las muchachas y tal vez tenían novios y ya se metía a problemas. Lo querían golpear”, relata René. “En ese ambiente nos hicimos pleitistas, nos defendíamos porque atraíamos las discusiones con los otros muchachos”.
En más de alguna ocasión, René pagó por las de Félix, cuando algún novio celoso le reclamó creyéndolo su hermano.
Doña Mayra coincide en que Félix fue siempre “más inquieto” y protector. “Como era el mayor, asumió ese papel de protector de su hermano René”, dice la madre.
Esos diez minutos de hermano mayor, Félix los ha hecho valer. Debutó en el boxeo profesional en 2010. Logró ser campeón mundial de boxeo en 2018 y un año después lo fue su hermano René. La diferencia está en que Félix pelea en las 108 libras y René, el diez minutos menor, en las 130.
Germán García, periodista deportivo del diario La Prensa, de Nicaragua, considera que Félix tiene mejor desempeño en el boxeo. “Es el que tiene más recursos y el boxeo es cuestión de recursos. Tiene mejor defensa y técnicamente hablando es más completo. Tiene mejores combinaciones. Es un tipo que abruma al rival”, dice.
De René, dice García, “es un caso raro”. René es más de choque y muy predecible. Sin embargo, da buenos espectáculos porque es un peleador bravo.
Según García, René era hasta hace algunos años un peleador desconocido y con poco futuro. Su suerte pareció cambiar cuando dio una sorpresa al ganar en México a Juan Pablo Sánchez en octubre de 2014. Golden Boy, la promotora de boxeo de Oscar de la Hoya, lo incorpora a su plantel. Pero pierde en sus primeras cinco peleas. A cualquier otro boxeador Golden Boy lo hubiese despedido a las primeras derrotas, pero mantiene al gemelo René porque “es un boxeador que da espectáculo. Es de los que termina con la cara cortada. Pierde pero el público termina contento”, dice García. Lo cierto es que el boxeador estaba pasando esos años una mala racha familiar, que incluyó la muerte de una hija.
Además, considera el experto, Golden Boy usaba al gemelo Alvarado “como puente” para mejorar el récord de sus otros prospectos.
La promotora, sin embargo, decide no tomarlo en cuenta para una sexta pelea. Alvarado pide una última oportunidad, según el relato del mismo púgil. “No me importa cuánto me paguen”, habría dicho. “Y le gana a un prospecto que tenía Golden Boy que se llama Róger Gutiérrez en octubre de 2017 y ahí empieza a ganar, a ganar y ganar. Acumuló siete victorias de manera consecutiva. Fue como alguien que estaba en la nada y comienza a construir una carrera”, explica el periodista deportivo.
Así es como se coloca de número uno en la lista de retadores al título mundial en la categoría de Súper Pluma (130 libras) de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
El otro gemelo, Félix, se inició en el boxeo profesional en 2010 y construyó una buena reputación en las 108 libras. Tiene un récord de 37 peleas: 35 ganadas y dos perdidas. Antes de ser campeón mundial tuvo dos oportunidades de serlo en peleas que perdió, una en Japón contra Kazuto Ioka, en diciembre de 2013, y la otra en Argentina contra Juan Carlos Reveco, en junio de 2014. Conquistó el título de campeón mundial Mosca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) al noquear al filipino Randy Petalcorin en siete asaltos el 29 de octubre de 2018. Hasta ahora ha hecho una sola defensa de su título.
Estos hermanos se prometieron no enfrentarse el uno al otro, ni siquiera en sesiones de guanteo (prácticas). “No me sentiría bien golpear a mi hermano. Siento que sería como pegarme a mí mismo. Tal vez sea porque somos gemelos”, dice René.
El 23 de noviembre pasado, René Alvarado subió al ring en Indio, California, a enfrentar contra pronósticos al estadounidense Andrew Cancio por el campeonato mundial Súper Pluma. Lo noqueó en siete asaltos. Tan buena fue la pelea que a pesar de su récord (32 ganadas y 8 perdidas), la cadena deportiva ESPN lo colocó como el quinto mejor peleador de su peso en el mundo.
Sin embargo, con la victoria de René Alvarado, el hecho más destacado fue que dos gemelos eran campeones mundiales de boxeo en diferentes categorías, una condición que pocas veces se ha dado en la historia.
El boxeador René Alvarado con el ocho veces campeón y dueño mayoritario de la promotora Golden Boy Promotions, Oscar de la Hoya. (Foto cortesía familia Alvarado)
“Hemos recorrido un camino bien duro para que esto se llegara a concretar”, dice René Alvarado. “Queríamos darle esa alegría al pueblo de Nicaragua, de tener por primera vez dos hermanos campeones mundiales y gemelos en la historia. Lo primero es la honra y la gloria a Dios”.
“Me siento dichosa por tener estos dos hijos que están haciendo historia para el mundo entero y para Nicaragua”, dice por su parte doña Mayra Sánchez.
Probablemente, René Alvarado haga su primera defensa entre marzo y abril del próximo año. Germán García dice que existen dos posibilidades: una pelea suave con algún rival desconocido, en el mejor de los casos, o pasar directamente a pelear con el mexicano Leo Santa Cruz, cuatro veces campeón. Un rival temible. “Esta pelea traería una súper bolsa pero también sería una prueba de fuego para el gemelo”, dice.