Exactamente hace una semana, la retadora Alejandra “Tigre” Jiménez, a través de una teleconferencia, prometió conquistar el cinturón supermediano WBC y vencer a la campeona Franchon Crews-Dezurn en San Antonio.

Alejandra no dejó pasar la oportunidad y obtuvo una decisión dividida en una autentica guerra. Alejandra ya había hecho historia previamente pues se convirtió en la primera campeona de peso completo de México, en aquel entonces, Alejandra apenas podía ajustarse al famoso cinturón de campeona alrededor de su cintura. Sin embargo, ahora la delgada Ale, que ha hecho dieta a través de sushi y pescado, incrementó aún más su legado al bajar mas de 30 kg para conquistar la corona supermediana.

En presencia de su padre y junto a su extravagante y orgulloso promotor Pepe Gómez, lider de Cancún Boxing, quien lucía un brillante sombrero de ala ancha de Indiana Jones, Alejandra recibió su segundo cinturón por parte del presidente del Consejo Mundial de Boxeo, Mauricio Sulaimán, quien también le dio un brazalete de campeona para uso diario. Alejandra comentó que esta vez, este cinturón le quedaba perfectamente.

Siempre una boxeadora limpia, Alejandra presentó una serie de pruebas antidopaje … cinco en total, para demostrar que fueron de seis a ocho horas de entrenamiento diario en el Centro de Entrenamiento Otomí, la dedicación de su equipo y la atención cuidadosa de su nutricionista, más su corazón y alma, los factores para lograr esta hazaña extraordinaria.

La campeona mundial de dos divisiones Alejandra dice que ahora quiere pelear contra la triple campeona Claressa Shields por el cinturón de peso medio del WBC. Calmada y concentrada, Ale pesó cuatro libras por debajo del límite de 168 libras en el pesaje para esta prueba suprema de peso súper mediano, que describió como su pelea más intensa y complicada, Ale prometió que podría perder otras cuatro libras más para enfrentar a la “T-Rex.”

El periódico Esto es la biblia del boxeo en todo el continente americano, y su brillante reportero en jefe de boxeo, José Luis Camarillo, quien vio por primera vez la promesa de de Alejandra en el gimnasio Pancho Rosales, alertó a Cancún Boxing de la presencia de una brillante joya escondida. Leal como siempre, Alejandra invitó a Camarillo al podio para compartir este dulce momento de alegría … obviamente con menos calorías.

Al cuantificar la magnitud de este triunfo, Alejandra dijo: “Para mí, esto significa mi vida completa y todos los que me han ayudado a llegar aquí. Este cinturón es la recompensa por todos nuestros esfuerzos. Esta fue la mejor pelea de mi carrera … hasta ahora. Fue la culminación de una preparación increíble gracias a todos los que me ayudaron en Otomí. Preparándome para esto, cambié todos los aspectos de mi vida y mi carrera. Este es uno de los mejores momentos de mi vida “.

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