Brian Castaño se debate entre dos opciones atractivas: un cinturón de campeón mundial y el dinero y la proyección de un combate no definitorio

Por Osvaldo Principi / LA NACIÓN

El bonaerense Brian Castaño dejó de ser campeón mundial mediano junior en los escritorios de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) a mediados de 2019. Paradójicamente, en el mejor año de su campaña, tras empatar con el cubano Erislandy Lara y doblegar al africano Wale Omotoso, se quedó sin su corona más importante. Sin que nadie lo pensara y como consecuencia fortuita de haber pagado los aranceles punibles para disputar el cetro intercontinental de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), tal como lo había hecho ante Omotoso, se vio beneficiado por un par de circunstancias: ciertos resultados inesperados en su categoría, la renuncia a este título del mexicano Jaime Munguía y la habilidad de sus representantes para nominarlo como retador obligatorio del brasileño Patrick Teixeira, campeón mundial OMB, en la convención anual que ese organismo efectuó en diciembre último en Japón.

La desidia y la indiferencia que Brian recibió de la AMB se convirtieron en reconocimiento y rápida ejecución por parte de la OMB, que sentenció la realización del match Teixeira vs. Castaño no más allá de mayo.

Castaño, de 30 años y un registro profesional de 19 victorias (13 KO) y un empate, ganó la corona en condición interina en 2006 y tendría ante sí a un campeón flamante, de 29 años, protagonista de 31 victorias y un revés, que conmovió al ámbito internacional al derrotar al dominicano Carlos Adames. Y a partir de eso hubo gestiones. Golden Boy, la empresa de Oscar de la Hoya, que representa al brasileño, hizo la primera oferta, que fue considerada insuficiente por PBC, promotora liderada por el poderoso estadounidense Al Haymon, que ya respondió a tal propuesta. La negociación ya comenzó pero nadie vaticina su resolución. Este pleito eyectaría al argentino como favorito en el análisis previo.

Sebastián Contursi, el manager de Castaño, respondió a una consulta para LA NACION: «La gestión con Teixeira está en marcha. Parece la más viable, pero hay otros intereses en juego. Muchas veces no hay títulos en disputa pero aparecen peleas más rentables. Con más dinero y más proyección. Y eso, también, forma parte de nuestra agenda. Estamos estudiándolo».

En torno a un acercamiento profesional con la AMB, Contursi agregó: «Algo recompusimos. Mi relación personal con Gilberto Mendoza [h.], el presidente, es casi familiar. Pero tuvimos un fuerte cruce que ambos estamos tratando de solucionar. No es fácil porque nos cuesta digerir la destitución por haber desistido de ir a pelear contra Michel Soro a Francia en condiciones precarias».

El campeón mediano junior regular AMB es el cubano Erislandy Lara, que tras igualar con Castaño en condición de retador reconquistó el cetro noqueando al mexicano Ramón Álvarez (hermano mayor de Canelo) en agosto último.

Lara, de 36 años, atraviesa una gran depresión por su divorcio y está inmerso en un litigio complejo con su esposa, que lo tiene totalmente fuera del pugilismo. El destino de su corona es un verdadero misterio. Y Castaño está esperando en cuclillas.

Esta noche, con televisación de FOX sports desde las 23, pelearán por el campeonato mundial FIB de esta división el campeón Julián Williams, de Estados Unidos, y el desafiante dominicano Jeison Rosario, en un combate que también tiene el púgil matancero como parte de la lista de espera para enfrentarse con el ganador.

Castaño aguarda en San Justo. Se entrena con Carlos, su padre, y el preparador Matías Erbín, deshojando la margarita. ¿Una pelea mundialista accesible o un combate popular, por prestigio y una bolsa superior? Las dos opciones forman parte de su vida en estos días.