Yésica Bopp apadrina al Polideportivo San José, donde contienen a 200 chicos de barrios golpeados por la pobreza.
Por Ricardo Nebot / Clarín
Esta vez no está arriba de un ring defendiendo ningún título Mundial. Ni tampoco al frente del gimnasio de Avellaneda en el que suele entrenar a diario. La pandemia por el coronavirus y el aislamiento obligatorio cambia las reglas. Sobre todo la de los deportistas Olímpicos, que debieron posponer sus sueños de una nueva prueba en Tokio para el año próximo.
Sin embargo, Yésica Bopp está activa. La bicampeona del mundo Mini Mosca busca su lugar en Tokio. Una clasificación que quedó en suspenso por la llegada del virus. Entonces, fue momento de concentrarse en algo que hace desde años: ayudar a los que más lo necesitan.
«Nosotros como deportistas sabemos de las carencias de los distintos lugares y lo que motiva a los chicos el deporte. Poder sacarlos de la calle; y ni hablar cuando podés ayudar a que la infraestructura crezca; nos llena el corazón de amor», comienza Bopp.
Así se sumó a la propuesta de Huella Saint-Gobain, un programa solidario que lleva adelante la empresa constructora, junto a diferentes atletas Olímpicos. Una lista que encabezan Paula Paretto (Judo), y la «Tuti» Bopp (Boxeo). Pero que incluye además a Federico Molinari y Julián Jato (Gimnasia Artística) y Ana Gallay (Beach Vóley). Todos orgullos y embajadores deportivos argentinos.
Cada uno elige a un lugar sin fines de lucro que tiene necesidades, para representarla. Y Bopp (36 años) decidió focalizar su energía altruista hacia el mejoramiento del polideportivo San José ubicado en el barrio Papa Francisco, en La Matanza.
«Hace cinco años que vengo desarrollando esta clase de actividades. También soy madrina de un gimnasio de Boxeo en Concordia (Entre Ríos). En La Plata, además, en una escuelita de Boxeo de Jesica Morinigo donde donamos materiales como para que puedan terminar con la obra porque hacen una labor social con los chicos de la calle», cuenta la «Tuti».
«El San José es un lugar con muchas carencias donde la escuela, la Parroquia y el Polideportivo tienen a más de 200 chicos en actividad y enseñanza. Y la iglesia cumple un rol importante social en la contención», puntualiza la Campeona del Mundo acerca de su elección.
Allí se alberga y asiste a una comunidad muy grande en conjunto con la escuela y la parroquia del popular barrio del Oeste. «Con Huella SaintGobain, se entregan los materiales para mejorar la infraestructura de espacios educativos», explica Bopp.
«Es una zona muy castigada por las drogas. Tenés que ver la cantidad de chicos que están mal. Ahí toma mucho más sentido la obra que se hace en el San José. A dos cuadras del lugar lo que se ve es realmente muy feo. Muchos chicos por la calle caminando como sonámbulos. Y que haya una porción a la que se puede rescatar, no hay palabras», agrega.
Según detallan los responsables del programa solidario, los cambios más importantes tendrán su desarrollo en una escuela secundaria y un jardín de infantes, además de poner en condiciones edilicias parte del polideportivo.
«Allí hice una clínica de boxeo y le hablé a muchos chicos y adolescentes. Y se entusiasmaron sabiendo que también pueden ser parte eligiendo un deporte y tener un lugar para poder desarrollarlo», rescata Tuti.
En tiempos de pandemia, algunas zonas del polideportivo se convirtieron en salas de aislamiento para adultos mayores con covid-19. «Desde la Huella, se entregaron materiales para la construcción de estas piezas», rescata la boxeadora de Wilde.
“Ayuda a ayudar” es el eslogan que eligió Weber Saint-Gobain para distintas actividades benéficas que desarrolla con los reconocidos deportistas. Se colabora con el mejoramiento de la infraestructura de los lugares, pero gracias a la difusión que tienen los deportistas, consiguen mucha más ayuda, que va desde alimentos, hasta libros y ropa, entre otras necesidades.