Se cumplen 78 años desde que el boxeador Jake LaMotta venciera a los puntos a Sugar Ray Robinson en Nueva York, en el que era su primera derrota como profesional.
En la historia del deporte, y en la historia del boxeo más aún, existen rivalidades que se alargan varios años, como la que ahora nos ocupa, la que mantuvieron los púgiles norteamericanos Jake Lamotta y Ray Robinson.
Estas dos bestias del ring llegaron a verse las caras en el ring en la década de los 40 y principios de los 50 un total de seis ocasiones. La primera fue el 2 de octubre de 1942 en el Madison Square Garden de Nueva York, con victoria para ‘Sugar’ Robinson por decisión unánime.
Pero de estas seis peleas hubo dos que destacaron por encima del resto. La primera de ellas fue el segundo combate entre Giacobbe LaMotta y Walter Smith Jr –que así eran sus nombres originales–. Tuvo lugar el 5 de febrero de 1943 y supuso la primera derrota para el dulce Robinson (ahora entraremos en más detalle), y la última, la más famosa de todas ellas, dado el alcance y simbolismo de la misma. Tuvo lugar el Día de San Valentín de 1951, en Chicago (Illinois).
LaMotta y Robinson protagonizaron seis combates entre ellos. Los dos más conocidos son el segundo, en el que Robinson perdía por primera vez, y el último que pasó a la historia como la ‘Masacre de San Valentín’
LaMotta, campeón del peso wélter defendía el título ante Ray Robinson, pero Jake no tuvo opción de volver a ceñirse el cinturón de campeón. Recibió la que para muchos es la peor paliza que ha recibido un boxeador en el ring que ha pasado a la historia como la ‘Masacre de San Valentín’ y Martin Scorsese la inmortalizó en el rostro, la mirada y los puños de Robert de Niro en ‘Toro Salvaje’ (1980). Interpretación que le valió su segundo Óscar.
Pero LaMotta, apodado ‘El Toro del Bronx’, aunque tras la película se le conocería como ‘Toro Salvaje’ siempre pudo decir –falleció de una neumonía a la edad de 95 años en septiembre de 2017–, siempre pudo decir que tuvo el honor de ser el primer boxeador que era capaz de ganar a Robinson.
Como decíamos líneas atrás, el combate sen disputó el 5 de febrero de 1943, en el Olympia Stadium de Detroit, Michigan, en un combate pactado a diez asaltos. Los dos eran muy jóvenes –20 años LaMotta y 21 Robinson–, pero LaMotta se impuso.
En el octavo asalto pudo combinar una certera derecha a la cabeza con un gancho de izquierda al cuerpo. LaMotta no sólo tumbó a su rival, sino que lo dejó colgando entre las cuerdas del ring, una imagen que ha pasado a la historia.
El árbitro le aplicó la cuenta a Ray y cuando llegó a 9 sonó la campana, salvándose Robinson del KO, tal como explicaba en su día el Servicio Internacional de Noticias (INS). Pero fue, como suele decirse, nadar para acabar muriendo en la orilla.
Jake LaMotta siguió castigando a su oponente y acabó ganando la pelea por decisión unánime en el décimo asalto, ante la mirada atónita y emocionada de las 18.930 personas que llenaban el Estado, por cuanto Robinson era el claro favorito en las apuestas, 3-1.
El mismo INS detalla que a diferencia del primer combate entre ambos, en el que Robinson evitó los golpes duros y dañinos de LaMotta, buscando un boxeo inteligente, aquella noche del 5 de febrero de 1943, ‘Sugar’ Ray buscó más el cuerpo a cuerpo, aceptando el duro intercambio de golpes que acabó con su fenomenal racha de 40 peleas invicto, incluso sabiendo que ‘Toro Salvaje’ tenía en el gancho de izquierdas su mejor golpe y que le gustaba especialmente el cuerpo a cuerpo, la pelea a cara descubierta, tal como él mismo había señalado sin importarle en más de una ocasión: “En aquel entonces de forma inconsciente no sabía al castigo al que me exponía, pero yo peleaba como si no mereciera vivir”.
El árbitro le aplicó la cuenta a Ray y cuando llegó a 9 sonó la campana, salvándose Robinson del KO, tal como explicaba en su día el Servicio Internacional de Noticias (INS). Pero fue, como suele decirse, nadar para acabar muriendo en la orilla.
Jake LaMotta siguió castigando a su oponente y acabó ganando la pelea por decisión unánime en el décimo asalto, ante la mirada atónita y emocionada de las 18.930 personas que llenaban el Estado, por cuanto Robinson era el claro favorito en las apuestas, 3-1.
El mismo INS detalla que a diferencia del primer combate entre ambos, en el que Robinson evitó los golpes duros y dañinos de LaMotta, buscando un boxeo inteligente, aquella noche del 5 de febrero de 1943, ‘Sugar’ Ray buscó más el cuerpo a cuerpo, aceptando el duro intercambio de golpes que acabó con su fenomenal racha de 40 peleas invicto, incluso sabiendo que ‘Toro Salvaje’ tenía en el gancho de izquierdas su mejor golpe y que le gustaba especialmente el cuerpo a cuerpo, la pelea a cara descubierta, tal como él mismo había señalado sin importarle en más de una ocasión: “En aquel entonces de forma inconsciente no sabía al castigo al que me exponía, pero yo peleaba como si no mereciera vivir”.