Canelo vuelve por sus fueros en los semipesados, ahora ante un peligroso Bivol, que llega invicto y con varias defensas de su título. ¿Tiene las herramientas necesarias para ganarle a la estrella mexicana?
Por @FDGotelli
Una nueva pelea, un nuevo asalto de Canelo Álvarez al peso de las 175 libras y esta vez con un boxeador de gran calidad como lo es Dmitry Bivol. El nacido en Kyrgistán es un campeón de varias defensas en la división, con un gramaje en la categoría tanto en calidad como en regularidad y que buscará poner en aprietos al nacido en Guadalajara.
Canelo vuelve por sus fueros en los semipesados. Tras un asalto furibundo ante Sergei Kovalev en 2019 (pelea no exenta de polémica) el mexicano bajó a supermediano para ser campeón indiscutido con las cuatro fajas de las entidades del boxeo. No es algo nuevo, Canelo ha ido cambiando de peso, casi como si fuera ropa interior para lograr sus objetivos.
En diciembre de 2018, tras vencer a Gennadiy Golovkin en 160 libras unos meses antes, no esperó para subir y vencer a Rocky Fielding en el Madison Square Garden. Volvió al peso mediano contra Daniel Jacobs y luego retó a Sergei Kovalev en su primera incursión a las 175 libras, todo esto en menos de 15 meses. Pero ahora, tras batallar en el peso supermedio y unificarlo, con unos seis meses merecidos de descanso Canelo avanza con uno de los caballos ganadores de la categoría como lo es Dmitry Bivol.
El ruso campeón del mundo cuando venció a Robert Berridge en 2017, no ha soltado su faja en 5 años. Con un mix de nocauts (Cedric Agnew y Sullivan Barrera entre otros) y de victorias por la vía unánime (Joe Smith Jr. y Jean Pascal en su palmarés) el europeo se ganó su respeto.
Aunque tras un parate por la pandemia en 2020, Bivol volvió al ruedo contra Craig Richards (olvidable pelea) y por último en su patria, contra Umar Salamov. Dos peleas donde no brilló, y fuera de los Estados Unidos. Una suerte de invisibilización.
Cuesta creer que no haya tenido nada que ver su promotor, Eddie Hearn. El británico que trabaja con ambos peleadores ha entrado fuerte al mercado de EEUU, sumado a su liderazgo en el mercado de UK con Anthony Joshua.
Canelo no es alguien que quiere una rivalidad acérrima. Incómodo hasta el hartazgo con GGG, no quiere alguien que moleste su negocio. GGG con un primer combate de fallo polémico, posterior retraso de la revancha por el doping del mexicano y un segundo combate que dejó algo todavía en la rivalidad. Se sumó que el entrenador en esa época del kazajo y el mismo tiraron dardos contra el de Jalisco.
El mexicano se mostró muy ofuscado cada vez que se le preguntó por un tercer combate y ha estirado hasta el paroxismo un posible tercer combate. Nobleza obliga, no hay mucho contenido para un tercero. GGG ya tiene 40 años, no entrena con Abel Sánchez y no se ha visto en sus compromisos en un gran nivel. Aun así, no hay impedimentos, están en la misma cadena, promotora y hasta se rumorea de un contrato.
Como en 168 libras, Canelo asalta la división, pero previo a ello no pelearon los mejores contra los mejores. Ni Callum Smith peleó contra Billie Joe Saunders, lo mismo podría decirse de Caleb Plant contra David Benavidez. Está claro, Canelo no quiere un superrival y además, a más combates más dinero. En 175 libras el combate era Bivol-Beterbiev también ruso, pero por problemas de promotores nunca se habló siquiera de un combate así.
Si Canelo tiene intenciones de unificar las 175, sin dudas tendrá que enfrentarse en un futuro a Artur Beterbiev, pero eso es tema a futuro. Por su parte, Bivol cumplió, se mantuvo en forma y ganó todos los combates en su peso.
Aunque está claro que no es campeón unificado, ni tampoco una estrella y por supuesto no es un trash talker, esto encaja en el combo de rival de Canelo de manera perfecta.
Esta suerte de ser invisible produce que los que no quieren a Canelo piensen que no es un rival para su talla. Es una pena, Bivol es un boxeador de gran nivel táctico y técnico, además de rendir los doce asaltos a un gran nivel físico. Sin dudas un rival peligroso y que puede llevar a un final de pronóstico cerrado.
Bivol tendrá que tener cuidado con las contras de Canelo, mantener a raya con su jab y alcance al mexicano. combinar cuando pueda y trabajar los doce rounds, algo que sabe hacer. Por su parte, el retador tendrá que no confiar en un posible nocaut y trabajar todo el combate. Entrar y salir, conectar con fiereza los ganchos al cuerpo y salirse sin recibir daño.
Canelo es el perro grande del boxeo internacional. Es el que maneja el negocio, no tiene problemas de atarse a largos y tediosos contratos con promotoras y cadenas televisivas. Tampoco quiere un némesis y mucho menos perder tiempo en revanchas de ser posible. Sin necesidad de irse por el jarabe mandibular (más allá que a veces tiene para decir y mucho) ni encarnizarse con una rivalidad, tiene en Bivol un excelso boxeador para ser su partenaire de lujo este sábado.
El ruso callado, ni siquiera podrá usar su bandera y su himno para alentarse está ante la gran oportunidad de su vida. De ganar su vida cambia y todo el trabajo de años como uno de los mejores en las 175 libras, tendrán su recompensa.
Canelo tiene todo, y quiere más. Incluso escalar en las dos categorías que le quedan por ganar. Es una posta este combate. Uno más para seguir buscando campeonatos.
Con un rival invisible, además sostiene sus odiadores que no dudarán en criticarlo por no ser un rival conocido. Pocos tienen el palmarés del mexicano, envidia de muchos pero con una victoria contentará a sus fans.
Está en Bivol cortar esa dinámica y dejar de ser invisible, el talento lo tiene, aunque tendrá que tener algo más todavía para vencer a Canelo en la noche de Las Vegas.