Su país la rechazó por homosexual, casi la deportan y es la primera refugiada en ganar una medalla en los Juegos Olímpicos

Cindy Ngamba acaba de hacer historia al garantizarse un lugar en el podio de la categoría de hasta 75kg de boxeo femenino en París. Será la primera atleta refugiada en ganar una presea.

Cindy Ngamba ganó su segundo combate en la categoría hasta 75 kilos de boxeo femenino (por puntos a la francesa Davina Michel) y logró clasificarse a las semifinales de París 2024. Así, la oriunda de Camerún pero radicada en el Reino Unido se convirtió en la primera atleta refugiada en la historia en ganar una medalla en los Juegos Olímpicos

Por primera vez desde la creación del Equipo Olímpico de Atletas Refugiados, que debutó en Río 2016, una de sus participantes se subirá a un podio. Se trata de Cindy Ngamba, camerunesa de nacimiento y radicada desde los 11 años en el Reino Unido, aunque sin pasaporte británico.

En la tarde parisina, la atleta de 25 años venció a la francesa Davina Michel por decisión unánime por los cuartos de final de la categoría de hasta 75 kilos y se garantizó una medalla olímpica, ya que en boxeo no hay pelea por el tercer puesto. Ahora deberá enfrentarse este jueves 8 de agosto a la panameña Atheyna Bylon, que ha hecho historia en su país por ser la primera mujer medallista olímpica.

Cindy Winner Djankeu Ngamba, tal su nombre completo, nació hace 25 años en Camerún. A los 11, escapó de su país y llegó al Reino Unido con el estatuto de refugiada junto al resto de su familia. Sin pasaporte británico y con la imposibilidad de volver a su país, sigue siendo refugiada y ahora es medallista olímpica.

A Ngamba le costó mucho su adaptación a la vida en Gran Bretaña, donde llegó a sufrir acoso escolar por parte de sus compañeros por su forma de hablar, su peso y su olor corporal, tal como ella misma contó en una entrevista en  Refugees’ Voice, en Eurosport. 

«No conocía cosas como el desodorante, así que olía mal en clase y los niños se burlaban de mí.Tenía dos profesoras de educación física, la Sra. Park y la Sra. Schofield, quienes eran como mis figuras maternas y me compraban el spray. En parte gracias a ellas, la educación física era mi materia favorita». 

Fanática del deporte, su pasión original era el fútbol. Recién a los 15 años conoció el boxeo y se dedicó de lleno al deporte que la llevaría, una década después, a un Juego Olímpico. Sin pasaporte británico, en condición de refugiada y tras declarar abiertamente su homosexualidad,  Ngamba se convirtió en una estrella del boxeo amateur

En su espinoso camino rumbo a esta medalla olímpica (aún se debe definir cuál), en 2019 a Ngamba casi la deportan del Reino Unido. Claro que ese problema hubiese sido mayúsculo: por ser homosexual, en Camerún podría haber ido presa, ya que se considera ilegal. 

Si bien toda esta problemática sigue vigente, porque sigue sin poder volver a su país de origen y sin tener una nacionalidad en el país en el que reside, lo cierto es que Ngamba cosechó una alegría inmensa y quedará en los libros de historia como la primera atleta refugiada en ganar una medalla en los Juegos Olímpicos.


Fuente: TyC Sports